Por Marcelo Alanis
Una de las últimas incorporaciones de la Academia Horacio Acavalo es Genaro Máximo Demarco. Boxeador profesional avezado, de 23 años con quince peleas en su haber, categoría gallo, oriundo de Saladillo.
Ultimamente estuvo trabajando en Las Flores bajo las órdenes del ex medallista panamericano Walter Crücce hasta que decidió alejarse de todo. "No podía seguir arriesgando mi físico de esa manera donde en mi carrera sólo veía derrotas", contó Demarco.
Estuvo algunos meses fuera de los cuádriláteros hasta que decidió volver por consejo de algunos amigos. "Había decidido colgar los guantes definitivamente por esa situación y por trabajo hasta que me topé con el periodista Ricardo González. El me apoyó en esta nueva etapa que estoy iniciando. A conseguime nuevo lugar de entrenamiento y quien sepa llevar mi carrera. Y aquí estoy desde hace dos meses en el Racing Club de Avellaneda", reflexionó el púgil.
Con respecto a haber encontrado el lugar ideal para la práctica del pugilismo, Demarcó acotó: "Acá hay buen clima, buena gente, entrenadores que saben llevar al boxeador y que dan buenos consejos".
Ultimamente estuvo trabajando en Las Flores bajo las órdenes del ex medallista panamericano Walter Crücce hasta que decidió alejarse de todo. "No podía seguir arriesgando mi físico de esa manera donde en mi carrera sólo veía derrotas", contó Demarco.
Estuvo algunos meses fuera de los cuádriláteros hasta que decidió volver por consejo de algunos amigos. "Había decidido colgar los guantes definitivamente por esa situación y por trabajo hasta que me topé con el periodista Ricardo González. El me apoyó en esta nueva etapa que estoy iniciando. A conseguime nuevo lugar de entrenamiento y quien sepa llevar mi carrera. Y aquí estoy desde hace dos meses en el Racing Club de Avellaneda", reflexionó el púgil.
Con respecto a haber encontrado el lugar ideal para la práctica del pugilismo, Demarcó acotó: "Acá hay buen clima, buena gente, entrenadores que saben llevar al boxeador y que dan buenos consejos".
El bonaerense afirma que es un volver a vivir. "Pelear para mí, en este momento, es como debutar de nuevo. Empezar de cero, ya que mi meta es conseguir peleas y por supuesto, que sean con triunfo", señaló.
Si todo va bien como él lo proyecta con éxitos repentinos, no descarta la posibilidad, en un fututo no lejano, combatir por algún título. "Ese es mi deseo: ganar y esperar mi oportunidad por un título argentino o sudamericano".
Pero Demarco tiene otro sueño más factible que es "pelear acá en Racing en el lugar donde estoy entrenando. Sería un orgullo para mí y para toda mi gente", señaló. Y pronto, seguramente, lo va a conseguir.
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